lunes, 6 de septiembre de 2010

UN MERECIDO RECONOCIMIENTO AL MAESTRO LUIS JAIME CISNEROS VIZQUERRA

El Viernes, 03 de septiembre del 2010 se llevó a cabo La ceremonia para distinguir a Luis Jaime Cisneros Vizquerra, profesor de lingüística y literatura, estuvo teñida de emoción y palabras de agradecimiento. Su nombramiento es un testimonio institucional de afecto por su labor, con la cual transmitió un conocimiento humanista y una constante preocupación por la calidad de la educación en el Perú.



Marcial Rubio Correa entrega el diploma de Profesor Emérito a Luis Jaime.


Ser distinguido como profesor emérito significa ser reconocido como profesor a perpetuidad, y es este el sentido que nuestra Universidad le imprime a este acto, porque Luis Jaime Cisneros es una eminencia que nos acompaña desde hace 60 años.

René Ortiz, secretario general de la Universidad; Miguel Giusti, jefe del Departamento de Humanidades; Carlos Garatea, profesor de Humanidades y director de la Dirección Académica de Planeamiento y Evaluación (DAPE); y Marcial Rubio, rector de la PUCP, tuvieron el honor de ofrecerle sentidas palabras y la medalla que distingue a Luis Jaime Cisneros Vizquerra como profesor emérito. Giusti, Garatea y Rubio recordaron cada uno cuando conocieron al profesor Cisneros.

En medio de aplausos, el maestro de maestros tomó el micrófono y dijo: "Muchachos, sólo he traído mi esqueleto, mi voz se la he confiado a mi hija Cecilia". Su hija Cecilia Cisneros, también lingüista, transmitió el sentir del profesor Luis Jaime: "Amigos míos, mis últimas palabras son de confesada gratitud. He sido siempre solicitado por fervorosos anhelos de inquietud docente para seguridad de la cual he aprendido a resistir todos los halagos con suele asediarnos el improbable prestigio del éxito y el poder. Acostumbrado a un frecuente asedio de los textos, en el diálogo fecundo de los claustros y en el renovador contacto con los estudiantes, he aprendido a juzgar sin precipitación y con serenidad. Por eso comprendo que en este acto sobresale la generosidad de una amistad acrecentada en las aulas. Y les confieso en secreto: no me voy de la PUCP. En todas las esquinas estoy. Desde todas ellas observo, aplaudo y protesto".





Un Maestro de excelentes calidades, vida fructífera y gran ejemplo de lo que es y deber ser la docencia universitaria en el Perú. Felicidades a él, sus seres queridos y a los que tuvieron la suerte de ser sus discípulos; nosotros (as) seguidoras de su obra y enseñanzas sobre la Universidad que todos queremos y anhelamos y esperamos que algún día..... no haya diferencias entre la Universidad Pública y la Universidad Privada.

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